Transcurre la vida en la hacienda mientras Don Fernando trabaja la tierra con los campesinos de un caserìo cercano, Doña Josefina y sus hijas se ocupan de alimentar a los animales, entre tanto vuelve a escabullirse Jacinta con el pretexto de ocuparse del almuerzo, en voz baja Adela le dice:
-Habla ahora mismo con èl y regresa de inmediato hacer el almuerzo y nadie advertirà tu ausencia
-Gracias hermana asì lo harè
Jacinta se descalza y emprende una veloz carrera para encontrarse con su amado y contarle las condiciones de su padre para el casamiento de sus hijas en el orden inquebrantable de mayor a menor. Ambos se abrazan y lloran en silencio y se despiden con la promesa de no olvidarse en el tiempo que no puedan verse, hasta que su hermana mayor contraiga matrimonio y entonces ellos puedan ser felices realmente.
Aquel dìa Adela lucìa realmente hermosa imposible ignorar tanta belleza. Finalmente llega el Señor Ricardo con sus hijos, Nerio y Sebastìan, Doña Josefina les hace pasar y ahora todos disfrutan de una refrescante bebida mientras conversan los dos amigos su mundo de negocios, Adela en silencio observa a los dos jovenes y de inmediato siente atracciòn por uno de ellos y les saluda con un ligero movimiento entre sus labios. Toma la palabra el señor Ricardo.
-Bien Fernando, agradezco la oportunidad que nos ofreces para pedir tu consentimiento del noviazgo entre mi hijo mayor Nerio, y este de inmediato se pone de pie , pero en medio de una gran confusiòn ante el compromiso que le ha puesto su padre, pues no es esa la hija de quien el esta locamente enamorado.
-Ricardo por mi parte tienen mi consentimiento, y ahora escuchemos lo que opina la madre y la futura prometida
-Como la madre solo quiero la felicidad de mis hijas no tengo ninguna objeciòn, ¿y tu hija que dices?
-Que estoy totalmente de acuerdo
-Bien todo esta dicho, se inicia a partir de este momento el noviazgo y futuro compromiso formal para un matrimonio, brindemos, pero antes llama a tus hermanas Adela, para que participen del brindis
Entran al salòn Jacinta y Renata cada quien alza su copa y Don Fernando dice por los novios y futuros esposos Adela y Nerio, en ese momento Jacinta deja caer su copa al suelo tras un sorpresivo desmayo. Al recuperar el conocimiento ya estaba en su cama y su madre angustiada le animaba a despertar mientras sus hermanas observan en silencio al sospechar lo que tiene.
-Hija ¿que tienes?, ya estas mejor te desmayaste delante de todos y el joven Sebastian de inmediato se ofrecio amablemente y te alzo entre sus brazos y te ha traìdo a tu habitaciòn, tu padre ahora esta con ellos en el salòn, es mejor llamar a un doctor
-No hace falta madre ya me siento mejor, solo fue un leve mareo, hoy no he querido alimentarme muy bien
-De acuerdo voy a hablar ahora con tu padre y a despedir la visita, y tu Adela vente conmigo para que despidas a tu novio
En la habitaciòn al lado de Renata, Jacinta llora inconsolablemente mientras su hermana le pregunta que es lo que le pasa, ella no le contesta prefiere callar.
-Muy bien hermana yo creo saber lo que tienes y solo espero el momento que quieras hablar...
y la vida continua...
y la vida continua...