Recuerdo aquellos tiempos versados que están en el lado de la mente donde se quedan los recuerdos atrapados;
Cuando por alguna extraña razón algo nos conectaba, nos empujaba a saber del otro y no por medio de palabras;
¿Te acuerdas?... fuiste mi primer poema y ni si quiera sabía que estaba enamorada, de tí y de tu arte en poesía, de tus forma de ver la vida y de tu melodía;
Mis medias noches, mis medios días...
Mis amaneceres, mi compañía...
Atardeceres intensos, inmensos placeres leer lo perfecto de lo imperfecto y saber, saber que existimos en el ayer...
Un hoy perece en nosotros y nos hace estremecer, nos perdimos hasta desaparecer y si no nos volvemos a encontrar no será de nuestro merecer...
Perecer entre letras es poesía, repito palabra pues ella ha sido mi compañía, y es que... cuando te escriben poesía:
El mundo se para, aunque nada se detiene ese instante es del que las palabras sostiene, en ese momento nada nos separa, simplemente prepara al corazón de la mente para volver a escribir en la madrugada...
Y volvemos a ser dos valientes versando libremente todo lo que el poeta en corazón siente, nos detiene en tiempo, cuando te escriben poesía sientes lo que ella mueve por dentro, porque es dolor, es sentimiento y temor, eres tú y soy yo... y por muchas poesías que me escriban ninguna será como la respuesta de las tuyas a las mías, porque solamente has sido tú casi cuatro años mi compañía, porque mi alma fue tuya y no la tuya mía, no hay nada que eso destruya, se convierte en melancolía, tristeza profunda que vaga por donde la niebla inhunda ironía.
Hace ya tiempo que tu palabrería no se siente, ya no se puede llamar la gran palabra poesía, lo digo consecuentemente, ví fielmente como la despedías, con ella tu musa... mi corazón ya no valía, rompimos con la pasión y las fantasías, destrozamos todas las zalamerías, arrancamos lo bueno para quedarnos con tonterías, así lo querías... así me abandonarías entre tantos secretos que dolían, entre tantos desprecios que apenas valorarías, un daño hecho involuntario sin despecho, pero hecho al fín y al cabo.
Y ya no se donde empiezo, dónde acabo... poner un punto final a mi corazón esclavo, apartarte de mi mundo sin reparo, lo intenté... tenlo presente que no te olvidé, marcaste una línea en lo que significaba mi vida antes de tu partida...
Ay... me dí cuenta tan tarde de lo que sucedía... que cuando te escriben poesía hay que valorar la intensidad con la que te llega desde el primer día, no vale arrepentirse después, me lo enseñaron en poesía cuando aún en la orilla llegaba hasta mis pies, podía cerrar los ojos y ver bien lo que ves, hace tiempo que todo eso anda al revés... ver para contar y aún así no lo crees...
Fue la historia que empezó del revés, despedidas mil pero ninguna, asoma... mira la luna ella me consuela cada noche buscando la fortuna de encontrar tu alma escondida entre alguna duna, conservo la esperanza de ver que vuelves fuerte al avanzar por caminos difíciles pero no imposibles de alcanzar...
Hoy me escribieron poesía, es una pena que no pueda ser correspondida, quizá una condena establecida, mi poesía es tuya y la tuya aunque no lo creas es mía, siempre lo será porque nadie más entenderá esta locura que nos desata la inspiración, que en cierto modo libera la tortura de nuestro corazón por la distancia y su cultura, porque no es nuestro tiempo de esplendor, llegará en su momento, porque somos almas conectadas aún con el paso del tiempo, en otra vida, en otro aliento, quizá en esta cuando el destino decida que apuesta... no se ni cómo, ni dónde... pero habrá un momento que cuando te escriba poesía te tenga a mi lado haciéndome compañía, hablará el amor sin tristeza, enterraremos en el agua melancolía, soñaremos pero esta vez despiertos, en ese tiempo nada ni nadie nos separaría, repito, nada ni nadie, nos separaría...
Yo que tú no me reiría como imagino que lo estés haciendo, no hay problema más grande que al final se lo lleve el viento, para lo bueno y lo malo en todo momento, porque al final yo soy tú y tú eres yo, dos partes fusionadas que forman a la perfección imperfecta nuestra alma completa, dos gemelas en su interior, una sola cuando cuente la vida que nos juntó.