Bisbiseante doncella bañada en plata
que correteas, fugaz capricho de vida,
como el gorrión por el bosque vuela, plácida
la noche y cercana la alba mañana.
Adornado tu pecho de süave música
y embriagada por tu belleza el alma mía,
e intimidadas se apagan las estrellas
mientras tú la tierra de amor iluminas…
Dulce poesía que a cantos enamoras
y embelleces con notas dulces la memoria,
chispeante milagro, inusitada y precisa
balada nocturna de acorde quebrado;
Vuelva a mí tu lisonjero canto de cuna
que murmullan mis labïos enamorados,
de tu voz que resuena en las noches frías
en que me envuelven recuerdos del pasado.
Fulgurantes luceros y musas del destino
que adornáis el mundo con vuestra presencïa
y habitáis en un rincón de mi frío corazón
por siempre, acompañadas de dulces estrellas.