Quizás sí,
faltaron tantas cosas,
que tenían nombres
y que eran partes
de tantas noches de lluvia
y era tanta la arena
que por mis mejillas
corrían restos de amor y pena.
Yo combiné el día con la noche
y en mis ansias brillabas tú…
con tu pelo revuelto,
negro color de azabache en llamas
y se encendieron mis besos
con su fuego
y calor, poniendo en tu rostro luz
yo necesitando amor.
No fue necesario ir al borrador,
para escribir estos versos
que hoy tú me reclamas.
Seguiré aquí recostada
sobre una nube.
Con tus recuerdos me quedé.
Que son partes de mis moradas
en noches de cualquier mes.
Porque los días transcurren amor
y sigo aquí mirando,
ese inmenso mar que nos separa.
Yo te prestaré mil formas
para que llegues a tocar mis anhelos
y que vengas en noches de puro vuelo.
No importa si estamos en carnaval
de lunas llenas.
Yo te regalé la mía
que es de color morena.