Cuánto daría por una noche sin cerrar los ojos,
Sin entrar en el mundo tormentoso y sublime del sueño.
Una noche vivir fuera,
y no adentrarme en lo más profundo de mí ser:
lugar podrido y oscuro,
aglomeración de imágenes y espectros.
Cuánto daría por determinar el tiempo
Y el amor perdido en el que se consumirán las horas.
Daría mis recuerdos más preciados,
A cambio de una noche sin mí,
Sin la verdad tras la mirada pérdida de lo que no sé qué soy.