Viajar arriba de nuestro cuerpo,
es la cena de todo el cielo,
viajar sin alas, tan sólo con nubes,
y tocarnos sin manos haciendo derrumbes.
Musicalizar como aves mudas,
ausentes de diurnos cantos,
volar al derecho y al revés de las brumas,
sin polvo, sin enlodarnos.
Parpadear arriba de un cerro,
esperando el aire de la lluvia,
para que me arrastre a un lucero
y seguir ahogado de angustia.
Soñar como felinos desnudos,
atesorando el ritmo de la esperanza,
mientras salvajemente corren por el mundo,
los silencios del eco de cada palabra.
Observar arriba del suelo,
adherirnos a la razón,
cultivar el fruto del deseo,
sin hacer del frío una estación.
Volar como agua que aúlla,
sin romanza, sin tizne de fractura,
soltar el alma turbia
al fin del fuego de toda locura.
Amar arriba de la naturaleza,
expuestos al sublime delirio,
como el pino que en el bosque queda,
arraizando este testimonio desvarío.
Todos los derechos reservados,2010©BryanGómez