Notas rojas por doquier;
vuelan sueños esparcidos al viento,
nadie los puede ver.
No están en su pensamiento,
¿las páginas se escribirán así?
hombres sin cabeza en este tiempo,
observados por muchos en la postal
por TV.
Tal vez es una señal;
el enemigo hablando e ilustrando,
que el diseño(hombre) no tiene autoridad,
no tiene interés en su responsabilidad
del dominio ejercer.
Violenta vida, y muchos no quieren ver,
es seguro desde la trinchera mirar
y nada hacer.
Hombres tras las faldas de mamá,
jactándose de su fuerza en el hogar;
ciegos por la ambición que es su prisión,
están llorando alejándose cuando todo va mal;
temerosos, pero con ánimo de matar.
No tienen dominio propio,
no tienen conocimiento ni virtud;
y su dignidad es un fantasma,
que se aparece como autoestima.
¿A dónde vamos, realmente hay esperanza?
¡Hombre!, sal del letargo
deja el subjetivo sentimiento del matriarcado
que te ha tenido cautivo y maniatado,
sin oportunidad de ver
lo que el Creador te envió a hacer.
El Enemigo no debe aplastarte o quitar tu cabeza,
dueño de ti mismo se;
y esto se logra con la ayuda de Dios,
para así ejercer dominio y autoridad,
pues legado nuestro es.
¿No estás cansado de ver,
como el enemigo te muestra que no tienes nada?
¿y ¿qué sentido tiene si hoy
no todos tienen la cabeza, en su lugar?
esta cercenada de la verdad,
la verdad de reconciliarse con Dios
para poder salvar
a los que la pueden perder
en forma literal.
No es la voluntad de Dios,
al que has ignorado por placer
reprochándole cada vez:
por qué no arregla la situación
y se lleva todo el mal.
No te has dado cuenta
que Él te envió para deshacer
lo que reprochas, pero te desviaste
porque distorsionas la verdad de su imagen
al capricho de tu mezquina voluntad,
no entiendes su divinidad,
ni el significado de lo eterno;
¿quieres entender lo alto?
pero no puedes ver lo terrenal
¿cómo esperas entender lo que demandas?
Empieza por no quejarte sin sentido
no vertiendo la responsabilidad
de tu labor, acepta el diseño
acepta su salvación,
no seas por tu razonamiento
un instrumento inútil
o un vaso usado para un propósito
de deshonra;
como las Notas Rojas que siempre lees.
¿A dónde vamos, hay esperanza?
Sigue el camino trazado por Jesús
se perfecto dejando de pensar
que no existe la perfección
pues tenemos la Cruz
como estandarte de que todo
todo lo puede Dios
pues Él RESUCITÓ.