Soñaré con tus pieles, pisaré tus carbones,
Sí, ¿Pero qué es ser un desalmado?
Tu aceite lo perfuma todo, como una flor de loto
Que se abre al fuego lento que cuece
Este barro de mundo.
Quedan tantas cicatrices
Que la vida ya no sabe cómo repetirse.
Ese hedor húmedo de lo familiar y compulsivo
No deja un instante de paz en los corredores;
En las recámaras aguardan cansinos amantes,
Compelidos a ventilarnos el luto.
Aferrado a los restos de tu cuerpo en duermevela,
Aunque mi lengua se llague de recuerdos.
Náufrago patético
¿Qué descubriste buscándote? ¿Te encontraste?
Un salvataje.
Redimido en el derrumbe, en lo estratégicamente
Venido a menos.
Puede que rescate algo, que encuentre
A la verdadera primera persona de estos relatos.