La calle tribuna
de sus desvaríos,
gritaba su odio
hacia los demás,
su torva mirada
hablaba de fracasos,
la vida quién sabe
le pagó...muy mal.
La gente a su lado
Camina sin verlo,
Pues están insertos
En problemas también,
Cada uno es parte
De su propia historia,
No hay tiempo ni ganas
Ya ni saben…quién es quién.
La ciudad activa
de seres sin rostros,
parecían hormigas
a su alrededor,
nadie hacía caso
a su ronco grito,
la gente igual sufre
también...su dolor.
Parece que el mundo
se salió de madre,
y en su desvarío
se olvidó de actuar,
hoy es todo un caos
sálvese quién pueda,
a nadie le importa
nada...los demás.
Por eso no es raro
que alguien se ría,
cuando oye a un poeta
hablarle al amor,
los mediocres siempre
atrasando al mundo,
pero los sensatos
caminan...con DIOS.
Boris Gold
(simplemente…un poeta)