Amanezco en tus ojos
y me acuesto también.
Si los abres, el alba
que palpita en mi sien.
Si los cierras, la noche
que me encierra a su vez.
En la ira son chispas
y dos brasas después.
En la dicha tus ojos
han cuajado tu miel
encendida de aurora
que despunta en mi ser.