Tan solo por tres monedas,
que arrojaron a la calle,
perdió la vida mi hermano…
y ustedes quieren que calle.
¡Contemplen como la sangre,
aun fluye por las heridas!
¡Miren! Son cinco disparos…
como sus hijas queridas.
No me digan que no vieron,
esas dos fieras cebadas,
que en el silencio del miedo…
otras vidas están marcadas.