Caminante de angostas calles
campanario de luces revueltas.
Miradas furtivas, voces secretas
y tu imagen de sabor a menta.
Me anuncia un semáforo con su rojo alerta,
amarillo un paso
Y luego el verde de tu voz sedienta.
Evocación de labios… suaves y frescos
y hollín de fresa.
Un tropel de pitos
y su conductor de orquestas me rasga el aire de tu presencia.
Ya nada importa.
En tu éter vago, huyen mis quejas
Aquí mora el sello de tus imprentas.