He dejado la puerta abierta
de esta gruta desolada
refugio de frías lágrimas
y palabras entrecortadas.
Los pies desnudo de invierno
no pueden bailar su danza
arrebatan el frio y la niebla
tejiendo oscuridades
con el calor perdido.
En éste vértice de Octubre
un hondo gemido azul me acompaña
hilos rotos tengo en la garganta
desgarran la voz
congelan el alma.
28-10-2016