Late el ojo izquierdo.
Titila.
Guiño de alerta.
Algo sucede.
Se dilatan las pupilas.
Se abre la mirada.
Arde.
Duele.
Se desvanece el velo y cae. Rozándote el cuerpo. Acariciándotelo por última vez.
Volves los ojos al horizonte.
Y entonces.
Soplan los vientos de ayer y te secan la boca. Te secan la lengua y el sexo.
Y se te anuda el estómago y estremece la garganta.
Y se te detiene el cuerpo. Y te vibra el alma.
y se te quiebra la voz, que puja por salir, por atravesar el tiempo y espacio y.
Susurrarte un adios.