José Juan Espinoza Ibarra

el viejo y yo

En una tarde nostálgica me encontraba hablando con un señor

él me miraba de cabo a rabo, sintiendo pena 

nos acompañaba el poniente sol y un buen licor

no ha de haber en el mundo mejor escena 

 

El hombre estaba claramente demacrado y no por viejo 

en su mirada pude observar dolor claramente 

se veía que era un sabio añejo 

pero algo perturbaba su mente 

 

Entre tantas cosas me preguntó por amores

no le supe responder pero no era necesario

me dijo que en mi cara se notaban los dolores

y que no podía solo arrumbarlos en un armario

 

Comencé con mi amargo relato 

el hombre parecía todo comprenderlo 

y lo aprecié de inmediato 

en ese momento no podía creerlo 

 

Me dijo: -hijo si a esa mujer quieres-

-debes de decidirte, anda y ve-

-yo ya estuve en esas mieles- 

-así que aconsejarte sé- 

 

Él tenía una historia similar o eso mencionó

una oportunidad grande hubo 

 su conciencia lo traicionó 

y amor nunca tuvo 

 

¿Cuanta razón tendrá este hombre?

aún sin saber cuál es su nombre 

le he tomado un gran afecto 

su charla en mi tuvo un gran efecto

 

-Antes de irme, debo decirte que si no te decides volveré-

No entendí el mensaje del viejecillo 

creí que hacía tal vez un chistecillo 

puesto que no lo conocía no lo encontraré 

 

-Pero si te decides yo no seré más como ves-

entonces el sentido vino a iluminarme

en algunos años el volvería a encontrarme

y quería que nos viéramos de la mejor forma la siguiente vez

 

Por ahora mi futuro es ser el hombre aquel 

puesto que aún no me he decidido 

terminaré al igual que él 

pues es el destino que he elegido...

 

Lo que yo daría por volver a ver al viejo 

para saber 

qué hacer

con las instrucciones de aquel hombre añejo