Se estrellaron un día contra mis dientes
el tropel inacabable de palabras y la esperanza.
Lo que nunca te dije se me encuaderna en la memoria
en incontables tomos de silencio.
Todo lo rehusabas desde las murallas
de tu Numancia de amor, desde tu belleza.
Lo que nunca te dije hastía mi espejo y mi almohada,
se acumula como lastre en mis bolsillos y me precede
allá donde deambulo por si te encuentro.
Leve chaparrón de fonemas que me cala hasta los huesos
como a un tonto sorprendido sin paraguas.