Black-roses

Persiguiendo fantasmas

Eres tú el fantasma
que día y noche persigo
y que,
entre sueños
y ensoñaciones,
mil veces maldigo;
porque por cada pedazo
de tu ausencia
una lágrima te dedico,
y así se me va la vida
dentro de este desierto
en que me hundo,
tan lleno de ti;
mientras tú estás tan ausente
en mi mundo.
Me arrepiento de cada altar
que te construí
en nombre de un anhelo
que murió
queriendo ser real;
porque con cada fragmento
esculpí tu imagen: bella,
como ninguna.
Bella,
como lo era la ternura de mi alma
antes de despertar.
Por eso gusto de cerrar los ojos
cuando paseas por mi mente,
pues allí tu piel no es de papel,
sino de la alegría de antaño;
cuando te vi en mis sueños
por primera vez.