FernandaPardo1996

Aromas del alma

He perdido en la cocina el recuerdo del gato que nunca tuve y he tratado de suicidarme solo para recordar su esencia.

He frotado su cuerpo frágil y lánguido por mis ojos. He cerrado las ventanas de mi cuarto y cada lugar donde haya la posibilidad de que entre un poco de aire.

He tenido que llamar y que me digan cuando amanece.

Tengo sangre de su ausencia en la comisura de mis manos, y una progresiva degradación que consume mi existencia.

El ventanal ruge tras la llegada de la niebla, maullando insaciables lamentos a la luz de la luna.

Pero de pronto he pensado que no se acaba, sólo continúa en otra forma y en distinta piel, y sin embargo sigue siendo el mismo.

En las noches los sonidos se tornan nostálgicos, y efímeras sensaciones emergen en mi soledad.

He recorrido cada milímetro de mi cuarto, intentando encontrar un remedio que me quite esta pena.

Lo he intentado todo y sin embargo siempre que intento conservarte sales huyendo despavorido.

No me causa dolor el que mueras, solo temo no poder recordarte no poder conservar tu esencia.

Porque es eso lo que en verdad me preocupa, no conservar ese aroma que evoca tu recuerdo.

Se me hace imposible renunciar a la idea de poseerte, pues qué más quisiera yo que conservar el aroma de las mañanas cuando amanece.

El aroma del viento cuando ha dejado de llover.

El aroma del cabello recién lavado.

El aroma de tu cuerpo inocente el cuál esta noche ha quedado sin vida.

Mis sentidos se adormecen, sueñan con tenerte cerca, pero mientras tanto tu aroma se desvanece.

Deplorable es que aquello que me da vida me quite las ganas de vivir.

Porque de pronto sin saber que se iba, hoy solamente viven en mi recuerdos que alimentan mi alma.

Porque aún puedo percibir esa sensación de tenerte en mis brazos.

Aún mis sentidos se embriagan por última vez de tu fragancia.

Aún recuerdo ese aroma que dejó huellas en mi vida para nunca olvidarlas.

Aquellos aromas que siempre vivirán impregnados en mi ser y los cuales cultivaron las más grandes memorias.

Aromas que desfallecen con el viento y que aún ausentes emergen junto con una tormenta de emociones.

Aromas que aunque no puedo conservar habitarán en cada membrana de mi ser.