Una lágrima recorre el rostro
De la agobiada rosa
Al intentarla abrazar.
Se llena de desilusión al no poderlo conseguir,
Por eso se arrancó cada hoja,
Cada pétalo
Hasta quedar desnuda bajo el manto de la divina luna
Una vez más recorrió tus mejillas
Confiada de atrapar la mirada de tus ojos
Y ansiosa de poder embaucar tu corazón
Deplorable confusión,
En tus frágiles manos
Llevas un girasol.
Al cual pusiste sobre la otra flor
Por puro gusto y por quererla
Enterrar en la desolación
Ahora,
Cada pétalo que cayó.
Cada hoja que se perdió
Forman la tumba de la desnuda rosa
Que se extravió.