Me muerdes,
como el caracol a las flores
lentamente,
recorres mi cuerpo de la misma manera,
impregnándome de tu aliento
y lo utilizo para orientarme
y en ese instante,
no sé si vivo
o si, muero
o cual es su orden.
Si hay algo que me gusta,
es hacer las cosas así, despacio
llevar la casa a cuestas,
sin necesidad de cerraduras
y es que al amor
en ocasiones le sobran días
y le faltan años
y siempre hay una alternativa a nosotros,
ellos
y siempre hay una alternativa al amor,
mi corazón de caracol.