Recuerdo la frescura, de tu bella
mejilla/ teñida de color rosa,
tierna morada donde el beso posa
y tus ojos como la noche aquella.
En donde intenso brillaba la estrella,
que te miró joven y muy hermosa/
y la luna; de mis ojos –celosa-
porque mis ojos te vieron doncella.
Hoy veo marchitarse tu cabellera,
como el día cuando llegado el ocaso/
toma matices color nacarado.
Mas la juventud en ti reverbera,
aunque hoy cansado luzca tu paso/
para mi eres; la niña que he amado.