Un pollito con buena intención
tomó una regadera
para echarle agua a un girasol
quien había pedido que lo hiciera.
.
La flor para llamar su atención
le dijo llena de tristeza,
ayúdame por favor
mójame la tierra seca.
.
Y el pollito buena gente
en un acto de amor
ayudó muy sonriente
al agradecido girasol.
.
Y en la mañana al salir el sol
con su cálido brillo,
los encontró a los dos
vestiditos de amarillo.
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Autor: Alejandro J. Díaz Valero
Maracaibo, Venezuela