Se llamaba Carlos, era un chico flaco,
compañero de aula en el primer año
tiraba mi pelo, se reía al verme
andaba rondando todos mis espacios.
No, no lo soportaba, era muy inquieto
pero fue llenando todos mis espacios.
nunca supe cómo nos hicimos novios,
pero algo recuerdo, me mandaba cartas
con ese bolero titulado "Sombras",
y me preguntaba si lo había leído,
yo le contestaba, que lo había perdido.
Se llamaba Carlos, era un chico pobre,
que me acompañaba de vuelta a la casa,
llevaba naranjas , dulces y embelesos,
para intercambiarlos con furtivos besos.
Yo, no lo quería,pero lo apreciaba
pero me escondía , cuando me llamaba
desde la ventana de mi antigua casa.
para regalarme fantasías caras
pasteles y sueños, desde la ventana.
Yo me escondía no quería nada,
y él me decía , recibe por lo menos
lo que te he traído, recibe te doy todo mi cariño.
Era un chico pobre, del "Plan de Padrinos".
para los regalos sacaba dinero
de lo que mandaban a su cuenta de ahorros
"El plan de padrinos".
Yo no lo sabía, fue sorpresa infame
cuando lo llevaron una noche triste
con soga en el cuello su cara tapada
con un pañuelo blanco mojado de lágrimas
para esconder su triste verguenza.
Sus padres, a mi me reclamaron
todo lo gastado por el pobre flaco.
Mis padres furiosos, me prohibieron verlo
pero a hurtadillas,nos seguíamos viendo.
Yo no lo quería como él deseaba,
con sus ojos tristes, siempre me decía:
"te quiero bastante Silvia de mi vida"
De tanto hostigamiento de las dos familia
opté por la triste para él despedida.
"Te quiero bastante no me dejes vida".
fue lo que me dijo, cuando yo me iba.
Ahora lo recuerdo, con indignación ,
cómo un pobre niño pasó tal horror
de que con soga al cuello lo humillen lo ultrajen
delante de quién él sentía amor.
Yo, no lo quería y me da dolor,
porque humillar a un hijo no es cosa de Dios.