piotr antonin

EL RESCATE

Sorprendeme, mirando la luna quizás, eterna seductora

acércate sigilosa, donde el silencio abunda

y con tus manos tersas, perfora mi carne, mis huesos

húndelos hasta tocar la angustia,

hasta rozar la imperturbable soledad; 

prosigue hasta el abismo ciego

hasta arrancar de cuajo los intersticios de tristeza.

Y yo, solo atinaré a mirarte

y sabré que vienes desde los confines del tiempo.

conoceré exactamente las palabras a verter,

para que un manto de paz te cubra, invisible e infinito,

y en nuestro primer abrazo, habremos cumplido la profecía.