Es la soberbia gigante,
La raíz de la caída,
Una condena fallida
En la vida agonizante;
Cuando te sientes diamante,
Una joya preferida,
Toda humildad se te olvida
Y le das paso al farsante;
Es por eso mi locura
El selecto sustantivo,
Y mi afán sólo ternura
Para nunca ser cautivo;
Sea tu emblema, la cordura;
Tu humildad, rama de olivo…