El atardecer grita cuando no te ve a mi lado...
Cuando me pierdo en la luz, tus ojos a la distancia me encuentran en la estación del tren, justo a la hora del ocaso.
El alma se me desprende, baja del vagón y corre hacia tu estancia, donde se que miras al horizonte desde hace ya dos años, pero la esencia de tu cuerpo y el tono de tu voz se aleja un poco más con cada paso que doy.
En el fondo estás, tú y no tú.
Y mientras tanto, aquí en la realidad, las piernas ya no me pertenecen, no hacen lo que quiero y huyen de ti.
Siento el crepúsculo por la ventana y veo que te necesito más que ayer...más que nunca.
¿Será que la luz también te toca?
¿Por fin has encontrado paz sin mi?
¿Me habrás olvidado?
Deseo volver, quizá pase a verte pronto y espero que estés tú, no la bruja, no la oscuridad, no el desquicio, no el dolor... tú tú y tú solo tú.
Rezo por encontrarte.
Con cariño, tu rey de la cabina.