Tu amor tan bello y tan lejano
como escorpión envenena mi pecho
cuando de tus besos me siento sediento
y voy a la deriva, tan solo en mi lecho.
Si tu sabes que yo soy tu presa
y que quiero en tu presencia claudicar y
me piques con tu aguijón mientras me besas
y que tu veneno me haga sollozar.
Me hace brotar la humedad de los ojos
cuando mi cuerpo te desea sin poder tenerte
lleno de sueños y lleno de antojos
estremeciéndome entero, por poseerte.
Yo necesito abandonarme a tus caricias
y que te comas de mi pecho el alma entera
mientras siento entre tus labios las delicias
y tu cuerpo sea mi territorio y mi bandera...
Ángel Reyes Burgos
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