Sólo por un instante de encendido milagro.
Apenas el instante.
Beatriz Schaefer Peña
Todo duerme
en su cansancio dorado.
Árboles callados.
El vino
precipitado
en el fondo
de los ojos.
Una poetisa
va despertando
sus órganos maternales
donde reposan
obligaciones.
Ha dejado
cada cosa
en su lugar visible
y otras manos invisibles
toman el papel
retoma la palabra
y allí se prohíbe
el silencio.
Se otorga el derecho
la libertad atrapa.
Entonces,
viaja por el mundo
con el laúd del viento.
La poetisa
no es ya una mujer.
Decide proclamarse
enunciarse
labrarse en las piedras
tallar la noche
en un túnel a la libertad.
Hay un atávico plumaje
en su contorno.
Un vuelo azul
preparado a destino
planetas rojos
estrellas que estuvo preparando
en sus sueños.
Amor es
una parte del mundo.
Invoca su nombre
y se disuelve
en palabras.