Señor, tú eres el dueño de las montañas y de los ríos.
Te entrego de su vientre a los guerrilleros de las FARC-EP,
a sus guerrilleras.
En la frente llevan la dignidad de tu pueblo.
Señor, ellos vienen de una larga marcha,
y en sus labios tren mensajes de paz.
Tienen los pies descalzos y el alma llena de esperanzas.
Tienen los ojos fijos en el horizonte de la patria.
El barro, el hierro y el fuego son sus verdaderas armas
.
Señor, tu eres el dueño de las ciudades y de sus luces de neón.
No permitas que se encandilen con ellas.
Prepárales una fiesta.
Otórgales el ímpetu de los vientos,
la fuerza del agua,
la luz de tu relámpago
para que continúen tu obra.
Señor, sólo tú sabes disponer la mesa del alfarero,
el camino de la paz de Colombia.
Carlos Ramos.