Hoy me fastidia tu opaca claridad,
y me entristece tu engañosa cáscara de complejidad.
Ayer me encandiló tu nocturna candidez
que mis convicciones volvía al revés.
Ese silencio, misterioso y cautivador,
hoy lo entierran tus aires de extroversión
Ahora proclamás la fe y su fanatismo,
antes la primera en la tribuna del escepticismo
Traicionas todos tus principios y valores,
en un drástico cambio de esencia y actitudes.
Podría sentir o creer que te extraño,
mas la duda me aturde por pensar que…
no fuiste más que meramente un engaño.