Walter Kuhry

Viviendo

Esta llovizna hecha caricia suave,

con aroma de lejana infancia,

acunando silencios prolongados

que miden exacta la distancia,

velando recuerdos aún latentes.

 

Un cielo gris, desfalleciente,

cómplice de fantasmas. Y esos ojos

que le robaron la luz a la mañana...

(y el asombro se instaló en mi alma)

 

Tantos colores derrotados

por el aliento sepia del ensueño.

Un instante, al fin, tal vez descascarado

por el falaz intento de seguir sintiendo,

despojado del color y la arrogancia.

Un instante. Y otra vez aquí: viviendo...

Rosario, 19 de agosto de 2004