... Y un día entre el gentío
rozaste mi mano, sin darte cuenta.
Día a día te busco entre el bullicio,
silente suspiro,
me bebo tu encanto.
Una noche de luna llena
sin ilusiones, ya cansado,
sentada, solitaria en un muelle
estabas ahí, callada, sumisa.
Sin decirte una palabra
a tu lado me senté,
rocé tu mano... eras tú.
Nuestras miradas se fundieron
cristalinas bajo las estrellas,
tu mano entrelazó a la mía,
nuestras cabezas se apoyaron entre sí
mirando la luna
adivinando nuestro destino.
El tiempo transcurrió,
nuestro refugio fue el azul
que hoy, embelesados nos mantiene.
Autor: Jorge Aimar Francese Hardaick
- Argentina - 31-10-2016
Derechos reservados del autor (*)
Blog \"MIS PENSAMIENTOS\"
http://crisfacu.blogspot.com.ar