Una dulce antara recorre el camino lejano
desde donde nutres mi pensamiento,
con las arenas de los mares y desiertos,
con los minutos y las horas y los días que estamos lejos
Los otoños incandecentes mutilan mis amaneceres
cuando lleno del vacío trasudan mis sienes
las gotas de lluvia en el desierto,
de grandes praderas verdes
de grandes lagos negros,
y de sombras que no me entienden.
y siguen pasando las notas frente a mi cabeza
cual plagada de soledad se queda quieta,
sorprendida, taciturna, mirando sobre la mesa,
una copa de vino vacía,
como la única compañera de la fiesta.
Hay tantas auroras obscuras sobre esta letra,
tanta soledad sobre la belleza,
tanto vino regado en esta solitaria fiesta,
y tanta súplica que, te ruega que vengas....
ROYH