De gritos blasfemias y befas
de un cuartito de cuatro por cinco
se oían como el pan nuestro de cada día.
Era él y su hermano menor
que pintaba fabulas de nereidas
y leyendas inventadas de paisajes
para no escuchar tanto mal.
Era él y su hermano menor
que salían a la orilla del río
y tomando unos libros que nunca abrió
barcos de papel construía.
Era él y su hermano menor
y al barquito de papel ambos,
sus boquitas una oración hacían.
Eral él y su hermano menor
y una vez su madre salió
Con los ojos sollozos le dijo:
¿Qué haces hijo mío?
le pido a mi barquito de papel
que ahí donde se vaya, se lleve
de vuestras almas el mal.