A mi estimada niña linda
De noche salir le gustaba
Le encantaba mirar el cielo
Era dueña del firmamento.
Nubes y estrellas veía pasar
Cuando vio a la muerte llegar
Que haces aquí con este frio
Toma este trapo como abrigo.
Pan de muerto y calaveritas
De papel, de azúcar y de pepita
Te esperan haya en mi casita
Ándale, ándale ve córrele de prisa.
No temas, no estoy aquí por ti
¿Entonces porque vienes a mí?
Te vi, y quise venir a ver tus ojos
Porque él dijo que eran hermosos.
Pues tú eras la siguiente en mi lista
Y te iba hacerte la última visita
Pero el no quiso, que no lo permitiría
Porque solo tú eras su razón de vida.
Llévame a mí, déjale un poco más, -dijo
Cuando le mire esos ojos tan enamorados
Entendí que eras del mundo, para él, todo
No pude reusarme a tal acto valeroso.
Así que ayer le di muerte anticipada
Por dejarte vivir, tan sonriente estaba
Más todo el camino fue hablando
Hable y hable de todo lo que te había amado.
Creo que hasta yo empecé a quererte
Así que aquí me tienes para mirarte
No sabes cuánto ha de extrañarte
Ahora entiendo por qué quiso amarte.
Que ojos tan hermosos tienes
Que tez tan brillante y reluciente
Que alma tan apetecible y pura
Hasta yo te habría amado con locura.
Cada año me encargare personalmente
De traerlo hasta esa vela, en ese bello altar
Que tú crearas y adornaras para verlo llegar
No importa en qué parte del mundo estés
Él se guiara por tu aroma de mujer
Suave como el perfume.
< -- NeoSan -- >