Ojalá que esta herida se cure con la lluvia.
Ojalá que la sangre no atraiga a alguna fiera.
Ojalá que el camino no doble más mi espera.
Ojalá que los truenos se quiebren en la altura.
Ojalá que las sierpes se enreden entre ellas
y las hormigas vayan llevando mis espurias.
Ojalá que el rugido de bestias más oscuras
no apaguen los destellos de mi única estrella.
Ojalá que a la bruma el viento deshojara
en estas horas roncas de ásperas pisadas.
Minutos, polvaredas, peligros pasarán.
Tengo que andar con fuerzas del corazón sacadas,
con pasos prudenciales o certeras zancadas.
Ojalá que Dios mi pulso atara al suyo . ¡Ojalá!