Cuando las flores de tus sonrisas,
se depositan en las primaveras
que constituyes en mis ojos,
emerges en aromas y en colores inexplorados,
para iluminarme desde mi mirada a mi alma,
para quedarte toda en mis entrañas,
como un jardín sembrado en mis pupilas,
como un jardín eterno,
que no se marchita ni distancia.
Valentino Malatesta