Volver a la vera de tú viaje,
reencontrar el universo de tus ojos,
ciar tú presencia de diosa,
salir del exilio para oler tú cabellera suprema,
recular a ti como el zenit de mi fin.
En sí tornarte a ver en este infierno,
es volver a nacer, ser lozano, aprendiz del viento.
Todo lo aprendido en el arte de amar se vuelve nulo,
se esfuma de mi cabeza al ver tú belleza,
la esencia de ti cómo mujer valiente y única.
Es demasía la emoción de anular todo el pasado,
tan solo al ver tú rostro que tanto eh amado,
todo se torna extraño al ver en el centro tus facciones,
contemplar tus dientes perfectos cargados de risas,
perfecciones que no habitan en ningún otro cuerpo ni sonrisa.
Agridulce se vuelve mi corazón al sentirte cerca,
el conoce tú esencia, y de tus apetitos de lejanía,
del verme, saludar y correr a otro nido, qué no es el mío,
aunque soy feliz de verte, la tristeza llega a prisa,
pero soy feliz al encontrarte en la poesía de mi vida.
Estaré a la espera en está telaraña de destino y tiempo,
para ver si vuelvo a otro encuentro furtivo a tú lado,
Tú seguirás en tú andar sigiloso, comprometido y cautivo,
yo como tonto residiré en la vera de tú remembranza,
cargado de pasión por ti sin malgastar la esperanza.