En el vibrante sollozo del violín
en el discurso grave del chelo
en las sentencias del contrabajo
Tocando y hundido yo
y ella
La música
hace temblar este tugurio hasta sus cimientos
Eres la alegría nueva del piano
los acordes mayores de la guitarra
la mano de nieve de mi arpa
Mis canciones no lloran
...
ríen y juegan, sus disonancias, sus harmonías
sus compases y sus cadencias
sus carencias y sus vacíos
sus sueños entre líneas
de pentagramas y sus pesadillas
se mezclan con las tuyas
como cuando vienes, que no sé si se me para el corazón
o si me va más rápido
que me haces sentir tan vivo
pero que me está matando
Oh tú músico definitivo
aprende a tocar
los bombos, la flauta o el bajo
y deja en paz
mi ritmo cardíaco