ADIóS SIN SUSPIROS
Amanecí a ojos cerrados
y con un beso de sus cálidos
labios devolvió la simpleza
del atosigado sol nublado,
por el tiempo y la distancia
recubriéndole las manos
mientras la brisa grita
que me falta en la noche,
la noche, en un adiós
sin suspiros.