Mide los versos
de este respiro, inhalo
cuando va y viene acabado
el jaleo, exhalo
inerte
me retuerzo
perturbado
un día de aquellos, ambos pudimos
darle a una necesidad, la forma
su propio latido, su propio suspiro
el nuestro, flemático pecho (de Edipo
o por Cupido)
atravesado, encarnado el sentido
cortando, por sus divergentes direcciones
el cuerpo condenado a poblar el culto
de las jornadas y derivas, estacionales
Todo este aire
que veo, vivo
estas palabras
que expulso
por ellas emito
(Todo este aire
repleto de la falta
de sentido que ignora
estar encadenado
a las leyes de una comprensión
que comprende)
el luto antes
de la despedida
desde mi primer llanto desconocido
desde mi primera mirada divina
(de quién mira al otro
desde sus ojos, de mortal espíritu
a espíritu infinito, el otro siempre queda
vivo ¿pero quién es aquel otro?
no lo sabemos bien
pero sabemos que
el otro no es EL OTRO.
TÚ;
ya estuviste ahí expresando tú
mi deseo, hablando desde mi nueva
residencia asustadiza, me repliego
del hombre, del tiempo, del sentido
nada de aquello nunca
me fue pertenecido
excepto, la mirada
y el destello
por esto, cubran mi orgánico
cielo, de una losa inerte
mi última palabra se irá
después, del último respiro
antes, nunca /nunca -nunca estuve vacío