Un pequeño nido doy forma
con las pocas luces de la tarde
las acumulo con euforia distante,
me atormenta el canto de las olas
el viento que mella la montaña
la verdad colosal que me subyuga,
lunes ya es de tarde
Abro mis plumas y cambio color
oculta mano se contrae
sudor perlado le doy
al dueño indignado,
me profano utilitariamente
incluso cuando caigo
un brusco calor me corroe,
martes pasa con tu rostro.
Miro al fuego invisible de las salas
y oigo el silencio quejumbroso salvaje
un café de olvido me reconforta
una flecha zigzagueando
cayendo y bajando
dictando en todas direcciones
como una cuerda atando un nudo funerario,
peludo abrazo sincero
un parque secando un minuto descansando,
miércoles llega a la cima.
Esperas se deshacen
como los hielos septentrionales,
mecanografiando la sentencia de mundo,
creo multiplico y abrazo,
me separo del padre o abuelo
desdibujo el futuro que pinto,
temo lo que dejaré
sin precisar corregirlo,
jueves el tiempo se acaba.
Trabajé insensatamente
por este pedacito de escenario,
a punto de pasar al mediotiempo
dejo quebrar el mascarón
obsequio al mundo mi tímido rostro
sopeso que tan inútil es todo
y que tan mortal ha sido mi viaje,
me voy de cabeza al hiato
me olvido de todo y te abrazo,
viernes tan rápido como llega se va.
A final de semana oscilaré
a una frecuencia que me desaparezca
más allá del ultravioleta
olvidando la ultra violencia
que fue mi paso por este mundo,
un continuo flujo de \"quereres\"
y deberes
un antojadizo asentimiento
de una palabra tan perdida como cualquiera,
fin de semana muero
sereno a volver
a no vivir de nuevo.
Bajo las mantas y junto a la chimenea,
paseado a tu perro o bebiendo condena,
hygge a este mundo
cualquier otro es una blasfemia.