<!-- @page { margin: 0.79in } P { margin-bottom: 0.08in } -->
<!-- @page { margin: 0.79in } P { margin-bottom: 0.08in } -->
No encuentro imposible tu mirada aunque por ahora no me mires
ahora que deseo tu cuerpo, tu espíritu y tu alpiste.
No encuentro absurdo el azar aunque por ahora no me abraces
porque hizo su trabajo y me hizo reencontrar.
La joya que había perdido en la oscura vastedad del mar
el beso que me faltó darte y lo he vuelto a recuperar.
No encuentro absurda ironía en un minuto de mi paz
ahora que todo es contienda en esta anorexia fatal.
En que prescindo de tí como lo hago de mis ansias mas puras
y no me consuela el destino si no se deja empujar.
No encuentro el sonido mudo aunque quizás no me oigas
porque grito y hasta que me escuches no he de cejar.
Si buscas quizás lo que busco, si ambos buscamos lo mismo
si depende de los dos el volvernos a soñar.
Cuántas veces miré a los lados en pos de encontrar mi afán
y ahora que miro de frente tú me lees y es cuestión de tiempo.
Cuántas emociones juntan su palpito en tu paz
cuánto de tu desnudez me serías capaz de dar.
Porque ya no tengo nada mío, camino por inercia
hurgando en tí la fuerza que me haga retomar
Esos caminos que antaño fueron los mejores contigo
esos que también te asustan pero te dan la cobija ideal.
Y cuando un día de acierto se junten tus labios a los míos
y no sientas la permanencia de una juventud cabal.
Será amor mío porque han pasado siglos
e hicieron falta otra vidas para volvernos a tropezar.
Victor vituá