Atardecer, lleno de quietud,
donde desvanece un día más,
donde muere una ilusión,
donde se apaga una alegría,
un suspiro, apretando
mis manos vacías.
Mañana, me digo,
donde serán otros sueños
que le confiaré a ese nuevo día,
caminando al compás de ese sol
que ilumina.
Me llevará el vaivén que es
la vida.
Pero al caer la tarde nuevamente,
seré cautiva de esa melancolía.
Rodara por mi rostro
esas lagrimas furtivas,
cual un responso, si un responso
por esas horas perdidas
. Con ellas rodarán
esos pétalos ya marchitos,
de esa flor
que día tras días deshoja,
de esa hermosa flor,
que es la vida.
CATALINAMARIA