Acabo de olvidar lo que se acaba:
la luz sencilla en mis pestañas,
el sol vencido de mis ojos,
el viento herido en mis pupilas,
el pulso turbio de tu imagen.
Acabo de olvidar que ya soy otro
aunque mis omisiones sean las mismas.
¡Tu y yo somos los mismos distintos y distantes!