Cadena de eslabones de oro, arena ardiente,
mar dorado que resplandece ante mis ojos,
deslumbrante y seductora.
Estructura de finos diamantes en el cálido desierto de tu piel
por la que embelesado camino sediento de tus besos.
Avanzo a cada paso recorriendo las dunas de tu cuerpo
perdiéndome en los alcores de tu silueta.
Caigo y siento con mis manos esa piel morena,
la más suave, la mas dulce.
Me interno en ella deseando asfixiarme, morir y fundirme
para siempre. Que mi ser entero se convierta en el mismo oro
del que tu piel fue creada.
Me atrevo a tocarla con el alma, mis besos toman tu color,
son la forma en que mi corazón se alimenta, son el sustento de mi alma
Tu piel: el suave lecho en que vivo mis sueños, el velo con el que cobijo
mi existir y motivo de felicidad...