Fué una noche
de detonaciones, explosiones
y cohetes multicolores.
El cielo era una sola bola de fuego
( de un anaranjado intenso )
y al mirarte,
tenías la mirada extraviada,
las manos crispadas y un sudor frío
recorría tu cuerpo.
Pero, ! oh sorpresa ¡,
ni caras tristes,
ni mujeres llorando,
ni sirenas de bomberos,
ni policías en la vía.
Era un solo estallido:
Mi sexo en tu sexo
y solos tú y yo,
mi sexo en tu sexo
y solos tú y yo,
evadidos del mundo de los mortales,
a un mundo distinto,
...el nuestro,
... el de los sentidos.
MARIO MONTES GIRALDO.