Ángel caído, eterno ruiseñor encontrado
He visto en tus pupilas mi sigiloso resplandor
Tienes formas opacas, difusas, poco claras
Pero no te temo, he aprendido a aceptarte
El camino es difícil, incierto, pero también provechoso
Sólo resta esperar, hacer y soñar
Si con tus alas yo vuelo descalzo,
los miedos se desvanecen como gotas en el mar
Y si tus espadas atraviesan mi armadura,
la angustia no carcomerá mis entrañas
Siento el hielo recorrer mi espalda,
Congelando mi devenir terrenal
Cuando finalmente los botones han florecido,
una nueva esencia ha impregnado mi espíritu
Es el perfume invernal de la tierra, el sutil vuelo de un colibrí
Es el bosque nocturno, la montaña cubierta de neblina
Elementos que atesoraré en mi viaje por nuevos mundos
Donde mi energía se convertirá en luz infinita