BlackEar

Visitante del umbral

 

 

Ángel caído, eterno ruiseñor encontrado

He visto en tus pupilas mi sigiloso resplandor

Tienes formas opacas, difusas, poco claras

Pero no te temo, he aprendido a aceptarte

El camino es difícil, incierto, pero también provechoso

Sólo resta esperar, hacer y soñar

 

Si con tus alas yo vuelo descalzo,

los miedos se desvanecen como gotas en el mar

Y si tus espadas atraviesan mi armadura,

la angustia no carcomerá mis entrañas

Siento el hielo recorrer mi espalda,

Congelando mi devenir terrenal

 

Cuando finalmente los botones han florecido,

una nueva esencia ha impregnado mi espíritu

Es el perfume invernal de la tierra, el sutil vuelo de un colibrí

Es el bosque nocturno, la montaña cubierta de neblina

Elementos que atesoraré en mi viaje por nuevos mundos

Donde mi energía se convertirá en luz infinita