Paraíso de amor
Desperté en el paraíso
de tu cuerpo
y sutilmente me mecías,
éramos nido acurrucado
en el árbol de la vida.
Fruta madura de manjar
Comía, saciando mi hambre
de amor en tus ramas,
mecida de pasión y deseo.
Abrazamos la grandeza
y la fuerza que del amor
para vivir amándonos,
y como buen vino
bebernos hasta la piel.
Abrazamos besos
en un paraíso
que nos hizo despertar
para darnos en cuerpo y alma,
como los amores eternos.
Soltamos la desnudez
para amarnos
sin pudor y sin recato
-En el paraíso terrenal
de los deseos-.
Despertamos mañanas
que no volverán
y nos comimos
como fruto prohibido,
éramos fruta codiciable
en un paraíso de amor.
Alicia Pérez Hernández
No es la pluma la que escribe, es el alma
Todos los derechos reservados©