Rompiendo el amanecer
lleva la espina venenosa
y una jauría de feroces bestias
forma en la noche, seres sin rostros.
La canalla señala hacia el sur,
quiere doblar los aceros,
cortar los cedros,
frenar los destellos.
Cabalga Suramérica
en unicornios blancos,
buscando nuevos senderos,
llenando el cielo de luceros
para quedar en el tiempo
pasos de caballo y jinete
extinguiendo las fronteras, uniendo.
Derrotando al gigante
tenebroso y sediento,
que cae vencido
por la espada libertaria,
surge la nueva historia
de la acción legendaria.